Tomasa Cuevas, 2004. Fotografía de Fernando Cárdenas.

Tomasa Cuevas Gutiérrez

Nacida en Brihuega (Guadalajara), militante de la Juventud y del PCE ya durante el período republicano anterior al estallido de la guerra, Tomasa Cuevas -La Peque- ingresó en la prisión de Les Corts en abril de 1945.

No era la primera vez que pisaba una prisión franquista: en 1939 había sido condenada a treinta años de cárcel, de los cuales llegó a cumplir seis, repartidos entre las prisiones de Guadalajara, Amorebieta, Durango, Santander, Ventas y Segovia. En 1944 fue liberada y desterrada a Barcelona.

En Les Corts estuvo cerca de un año. A su salida, continuó en la lucha clandestina hasta su exilio en Francia en 1961. De vuelta a España, se concentró en las tareas de propaganda y de ayuda a presos.

A partir de 1974 dio comienzo a una larga serie de entrevistas a antiguas compañeras de prisión, que culminaría en una monumental trilogía. A un primer volumen de 1982 -Mujeres de las cárceles franquistes I, Editorial Casa de Campo- le siguieron, en 1985:  una segunda parte -Cárcel de mujeres- y la reedición ampliada del primer libro con el título Cárcel de mujeres (1939-1945), en la editorial Sirocco Books. Todavía publicaría un tercer tomo al año siguiente: Mujeres de la resistencia.

En 1989, la profesora estadounidense Mary E. Giles publicó una selección de testimonios traducidos al inglés de estas obras. La trilogía de Tomasa, reeditada en 2004 comol Testimonios de mujeres en las cárceles franquistas, constituye un referente inexcusable para el estudio de la represión femenina durante el franquismo.

En 2004 Tomasa recibió la Creu de Sant Jordi en reconocimiento a su trayectoria de luchadora antifranquista. Falleció en Barcelona el 25 de abril de 2007.

Desde 2015, el más importante centro cívico municipal del distrito de Les Corts lleva su nombre. En 2023, en Guadalajara, el Ayuntamiento instaló ocho bustos de la escultora Pilar Vicente de Foronda representando a mujeres especialmente significativas de la historia de la ciudad: el de Tomasa no podía faltar.