“Articular históricamente el pasado no significa conocerlo “tal como fue en concreto”, sino más bien adueñarse de un recuerdo semejante al que brilla en un instante de peligro (...)
El don de atizar para el pasado la chispa de la esperanza sólo toca en suerte al historiógrafo perfectamente convencido de que, si el enemigo triunfa, ni siquiera los muertos estarán seguros. Y ese enemigo no ha cesado de triunfar”
Walter Benjamin
Tesis VI “Sobre el concepto de historia”.
I
En 1940, “la medianoche del siglo” (Victor Serge), el peligro era el fascismo: eso lo supieron bien Benjamin y los perdedores y perdedoras de la guerra civil española. Pero después, durante la larga noche franquista y la tímida transición, el peligro se tradujo en olvido calculado, pacto de silencio. Los muertos no estuvieron seguros, y muchos ni siquiera tuvieron nombre.
Sin embargo, en la cárcel de mujeres de Les Corts, como en tantas otras cárceles de España, en aquella medianoche del siglo brilló una chispa de esperanza. Ése es el recuerdo del que queremos adueñarnos.
II
Partimos de la imposibilidad de reconstruir el pasado. Nuestra intención es construir una interpretación histórica sobre la existencia de una prisión de mujeres que ya no existe, pero que marcó miles de vidas.
La cárcel femenina de Les Corts nunca fue un lugar de memoria. Todavía hoy, en el edificio que ocupa el antiguo solar, el Corte Inglés de la Diagonal de Barcelona, ninguna placa recuerda ese oscuro y prolongado pasado que abarcó varias décadas. La memoria de aquella cárcel ocupó sin embargo, desde su cierre en 1955, un lugar intangible en el recuerdo y el corazón de las presas que lo habitaron.
Que esas supervivientes fueran mujeres no hizo sino adensar en torno suyo ese muro de silencio, víctimas del triple estigma social al que se enfrentaba toda excarcelada política durante el franquismo y la transición en tanto que roja, ex–presa y mujer.
III
Si el silencio institucional sobre aquellos sucesos duró hasta tiempos muy recientes, aquellas antiguas presas políticas contaron su recuerdo a quienes quisieron escucharlas. Una de ellas, Tomasa Cuevas, se preocupó incluso de recoger los testimonios de sus antiguas compañeras y publicarlos en forma de libro. Fue un texto modesto, de escasa difusión. Eran los primeros años ochenta: ninguna institución oficial se molestó en difundirlo.
Mientras tanto, las antiguas presas continuaron hablando. Así fue hasta que en el año 2002 un estudio pionero, el de Ricard Vinyes, se ocupó por vez primera de historiar lo sucedido en Les Corts. La memoria se había adelantado a la historia. De alguna forma, le había señalado el camino.
IV
Como constructo histórico, sometido a las reglas de la historiografía, presodelescorts.org parte de un impulso declaradamente subjetivo y de naturaleza ético-política: sumarse a ese proceso de recuerdo colectivo, trabar una estrecha alianza entre la historia y la memoria de las presas de la Barcelona franquista, navegar por su ambiguo deslinde.
Su vocación es pedagógica. Aspira a una socialización del conocimiento histórico y de los materiales de los que éste se sirve: recuerdos transmitidos por las reclusas y sus familiares, fotografías de la época, documentos escritos de la prisión. De ahí el formato elegido: una página web que pueda ser consultada por cualquiera y desde cualquier parte, desde historiadores y docentes hasta asociaciones y personas interesadas en el conocimiento de la memoria y de la historia.
V
Como texto de interpretación histórica volcado en la red y en continua construcción, presodelescorts.org trabaja con tres tipos de materiales: las voces, las imágenes y los papeles, esto es, los testimonios de las antiguas presas, las fotografías de la época y los documentos escritos. Fuentes orales, visuales y escritas. Pero para poder extraer la máxima información de cada fuente, o mejor dicho, para convertir las voces, las imágenes y los papeles en fuentes históricas, se necesita una contextualización, una explicación y una crítica previas.
Un testimonio oral, trascrito o no, solamente se transforma en fuente oral a partir de su encuentro con la historia a través de un proceso explicativo. De ahí las necesarias introducciones y anotaciones a pie de página en cada uno de los testimonios recogidos de las antiguas presas.
Lo mismo sucede con las fotografias. Una imagen de la prisión de Les Corts de los años cuarenta sólo adquiere su máxima elocuencia si es explicada a pie de foto o con una introducción adecuada: la descripción de la imagen, el contexto, la manera o los fines con que la imagen fue realizada en su momento. Solamente entonces podemos hablar de una fuente histórica visual. En cuanto a los documentos escritos, descartada la posibilidad de su volcado exhaustivo en la red, nuestro trabajo se ha centrado en la descripción, resumen, análisis crítico, interpretación y explicación de los aspectos que hemos considerado más relevantes.
VI
Un breve apunte sobre los testimonios recogidos en esta web. Respecto a la rememoración de situaciones históricas traumáticas ya lejanas, algunos autores han hablado de posmemoria, en vez de memoria. Como bien ha señalado el novelista Julio Llamazares acerca de la llamada recuperación de la memoria histórica en nuestro país -siempre refiriéndose a las épocas republicana y de la primera posguerra, no a las posteriores etapas históricas- el tiempo de la memoria ya ha pasado. La mayoría de los testigos de la primera etapa de la represión franquista ya no están entre nosotros, con lo que, en nuestra opinión, se impone un enfoque metodológico particular.
En presodelescorts.org, nuestro esfuerzo se ha centrado más en la recopilación de los testimonios ya conservados que en la realización de nuevas entrevistas. Testimonios depositados en archivos orales, entrevistas transcritas en textos de difícil localización o grabadas en cintas magnetofónicas que duermen en las cajas de cartón de historiadores o docentes, por utilizar la afortunada expresión del historiador y archivero Javier Tébar. Lo cual remite al carácter de continua construcción de este proyecto, esencialmente dependiente del concurso del lector o lectora que decida enriquecer nuestro corpus oral con testimonios desconocidos, sugerir correcciones o colaborar con nuevos datos o ideas.
VII
Hemos procurado cotejar las fuentes entre sí, y para ello el formato de una web donde se pueda saltar con un simple clicado de un testimonio al comentario de un documento o a una imagen, nos ha parecido especialmente idóneo. Dado que los materiales de presodelescorts.org/strong> pertenecen a tres naturalezas diferentes –voz, imagen, papel- el proceso se desarrolla en forma de triangulación: como el de un navegante en su esfuerzo por orientarse definiendo su situación y su rumbo.
El resultado buscado no es otro que un diálogo constante entre fuentes orales, escritas y visuales que en el espacio de la web adquiere un marco privilegiado, mucho más ágil e interdisciplinar que un catálogo de fotografías, un corpus de entrevistas o un libro de historia.
VIII
La mirada de las presas políticas, reflejada en sus testimonios, ayuda a desvelar lo que callan o disimulan las demás fuentes. Si los textos documentales reflejan la mirada de las autoridades gestoras de la cárcel, los relatos de las represaliadas proyectan luz sobre su cara oculta y describen, más allá de su lenguaje formal y codificado, la cotidianeidad de la prisión, el sufrimiento diario y las diversas formas de resistencia. Si las fuentes visuales oficiales proyectan una imagen idílica de la cárcel, los relatos de sus protagonistas deshacen el engaño.
Pero al igual que el resto de las fuentes, los testimonios orales están sujetos a crítica. Se impone primeramente la comparación entre los diferentes testimonios que narran un mismo suceso. En una fase posterior se hace necesaria su triangulación o cotejo con las demás fuentes documentales. Sólo así es posible culminar el proceso perseguido de construcción -que no reconstrucción- del pasado: ese constructo continuamente elaborado desde el presente que llamamos historia. Y siempre con el auxilio y el diálogo constante de la memoria, cuando se trata de acontecimientos cuyos testigos aún continúan entre nosotros o que, antes de desaparecer, nos han legado su relato.
Ésta, en fin, es la metodología que ha presidido nuestra voluntad de adueñarnos de un recuerdo, uno entre millones. Porque, como decía Benjamin, ni los vivos ni los muertos estarán nunca seguros, siempre entregados al azar de cada presente.